¿Qué debo llevar conmigo?
Los termoestables pueden provocar alergias y otras sensibilidades, por lo que requieren revisiones médicas periódicas.
Según la AFS 2019:03, el empresario está obligado a identificar qué componentes de plástico termoestable están presentes en el lugar de trabajo y notificarlo al médico forense, que determina el tipo de examen que debe realizarse.
Los termoestables son plásticos especiales (polímeros) diseñados para resistir el calor. Ejemplos de termoestables son los plásticos epoxi, los plásticos fenólicos, los plásticos de acrilato, los plásticos de éster, los plásticos de amino y los plásticos de poliuretano/uretano. Cada uno de ellos se ha desarrollado con sus propiedades únicas adaptadas a una tarea específica, desde pinturas y adhesivos hasta sellado contra incendios y aislamiento de tuberías o espumas para juntas.
Esta amplia gama de usos hace que los termoestables se encuentren en profesiones muy diversas, como trabajadores de fundición, tecnólogos de uñas, estilistas de pestañas, montadores de electrónica, chapistas y pintores de automóviles, dentistas y técnicos ortopédicos, entre otros.
Desde el punto de vista médico, el principal problema es que los termoestables irritan el sistema inmunitario de diferentes maneras. Algunos sólo son peligrosos durante el proceso de fabricación o antes de que se hayan endurecido, mientras que otros pueden liberarse al calentarse y causar problemas al inhalarse (por ejemplo, el poliuretano que contiene isocianatos).
Siempre que el sistema inmunitario se encuentra con plásticos termoestables, pueden aparecer problemas, como asma bronquial, eczemas en la piel o irritación de mucosas como los ojos. Estos problemas pueden persistir incluso si ya no se está expuesto al plástico, y pueden hacer que se sea sensible a sustancias completamente diferentes (por ejemplo, humo de tabaco, perfume, aire frío).